El sol nos acompañó desde el viernes hasta ayer (y todavía continúa hoy lunes), para calentarnos, regular nuestros relojes biológicos; estabilizar nuestras hormonas; revitalizar nuestra piel; fortalecer el corazón y devolvernos toda la fuerza del optimismo.
Agradezco a Dios por este finde tan maravilloso, en el que mucha gente ha sido feliz y se ha sentido acompañada (aún estando sola); por la mágica y cálida presencia del amor.
En la foto estamos mi amiga Rose (inglesa), mi tía Odilia y yo.
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