He visto pasar la vida ante mis ojos. Pero no la vida que creo cada día, sino la Vida de Todos, como una sola Vida.
El tiempo, gran amigo de los corazones rotos y confundidos, de repente desapareció; y me encontré con un bebé que sonreía; y una abuela que necesitaba ayuda para caminar.
En un segundo pude comprender, algo que ya sabía, que la vida es corta y que... 20 años, efectivamente, no son nada.
Me detuve al borde del camino, para ver las pequeñas flores fuscias, que crecían a lo lardo de él y en su interior.
Me detuve porque era necesario; y estaba sola cuando esto ocurrió.
Sola, con mis pies descalzos... yo también fui una flor.
Sinda
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