- ¿Sabés si la doctora está atendiendo con demora? Porque acabo de llegar... (YEGAR) y...
Reconocí su acento argentino, presté atención a su consulta y le respondí enseguida, pero con indiferencia.
Yo estaba más pendiente de ver a la doctora (era la paciente siguiente) y de no demorarme mucho; que de entablar un diálogo amistoso con una desconocida argentina.
Pero el tiempo siguió corriendo, y estuve una hora detrás de la puerta de mi doctora, esperando ser atendida, cuando volvió acercarse a mí, la mujer de la que les hablo, para decirme...
- ¿No sabés si está con gente?... porque yo (YO) tengo que hacer otras cosas, y solo vine para que me haga unas recetas médicas...
- ¿Uruguaya o Argentina? - le pregunté, ya decidida a cambiar mi malhumor por una conversación agradable.
- Argentina...
Y allí estuvimos hablando, no tanto pero como si nos conociéramos de toda la vida.
Tampoco intercambiamos ni teléfono ni email, y ni siquiera nos preguntamos el nombre. Cuando llegó el momento de despedirnos nos dijimos...
- Hasta pronto, ya nos veremos por aquí... - porque compartimos a la misma médica de cabecera.
- Espero que no tan seguido... - me contestó riéndose y como si fuera un cumplido su respuesta, dado que en otras palabras me estaba deseando que tuviera buena salud...
Correspondí a su deseo, con una frase parecida, y allí nos saludamos, apenas haciendo un gesto de "adiós" con las manos y una sonrisa "de oreja a oreja".
Sinda
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