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17 de diciembre de 2006

Saul Miranda, mi papá


Hola Papi, hacía mucho que no te escribía una carta; y no lo hacía simplemente, porque para encontrarme con vos, solo me basta el pensamiento y el corazón... Ese es tu nuevo domicilio desde que te fuiste, de aquel hospital un 17 de diciembre del 2002.

4 años ya, y parece tan poco...

¿Qué te puedo contar que no sepas? Sabés todo de mí, y más, mucho más, desde que te mudaste... Ahora estás viviendo en el país de la verdad y del amor, estás en la tierra donde no existen los secretos. Allí, en tu mundo, todo es tan visible y auténtico, como el sol.

Ya sabés papi, en que ando... sabés de mis sueños, de mis alegrías y tristezas. Y yo sé, lo que estarás pensando sobre mí, sé... también, lo que me aconsejarías en muchas cuestiones; porque nosotros, cuando vos todavía estabas por aquí, aprendimos a comunicarnos en el silencio.

Una mirada, para conocer cuál era tu voluntad. Una lágrima en tu rostro, para descubrir cuanto me querías. Una sonrisa picarona, y ya advertía que en algo me mentías. Una partida de truco y de dominó, para aprender tus estrategias de la vida.

Papi, gracias. Gracias por permitirme sentirte a mi lado, por todo ese amor que alguna vez diste a tus amigos y que hoy, ellos me lo devuelven a mí. Gracias por las cosas que me suceden, siempre en tu día, pequeños regalos que me enviás desde tan lejos, y que siempre llegan cuando no los espero.

Este año, nuevamente me falló la memoria. ¿Cómo es posible olvidarse del día en que te fuiste? Sin embargo, es parte de tu plan. Primero es el obsequio y luego enterarme, del remitente.

¿Sabés quien me visita cada tanto? La abuela Carmen... Anoche estuve a punto de irme con ella, pero no me dejó. Ya la vez pasada, tampoco me permitió seguirla.

Pero mejor, porque si me hubiera ido con ella, no hubiera recibido tu regalo.

Gracias Papi, sabés que te quiero mucho, mucho y que en todo este tiempo, he podido percibir la eternidad que nos estuvo separando. Una eternidad de segundos, apenas, nomás y escasos.

Bueno, ahora te dejo, que tengo un exámen el jueves... ya conocés el tema, ¿no? y tengo que seguir estudiando.

Pronto, volveré a escribirte, quizás te llame por teléfono... como hago siempre. Están próximas las fiestas, ¿con quién las pasarás? Si ves a Jorge y mis abuelos, enviales un beso enorme a cada uno y deciles, también, que los adoro.

Un besito y un abrazo requetefuerte

Sindita.

1 Ciudadanos del Mundo:

Anónimo dijo...

eres un cielo Sindi...preciosa carta a tu padre...espero que estas navidades, no te sientas alejada de los tuyos, y seas muy feliz...