Mi contestador automático de cinta

Era un panasonic, de esos con doble casette, con una calidad de audio excelente.

Los detalles del día que lo compré, no los recuerdo, solo sé, que ni bien lo instalé, estuve alrededor de dos años, dejando saludos de bienvenida eróticos, sensuales, con música o a capella; saludos que ratoneaban a cualquier oyente que equivocadamente daba con mi contestador.

LLegar por la noche a mi casa, era una alegría. Me ilusionaba entrar y escuchar toda clase de mensajes lindos, donde solicitaban conocerme.

La mayoría de los hombres que daban conmigo, anotaban mi nro. de teléfono para volver a llamarme en otro momento; y hacerme propuestas indecentes.

Obviamente que me negaba a ese tipo de salidas, pero no, a hablar un rato con ellos por teléfono y demostrarles (casi sin darme cuenta) que no solo era una voz, sino también una mujer normal, divertida,y muy optimista.

No recuerdo a nadie que me haya faltado el respeto, ni con groserías, ni con insultos; cuando escuchaban mi voz en el teléfono.

Por el contrario, me agradecían, con muchos piropos,el poder intercambiar unas palabras conmigo.

Hoy, recordé eso, porque me puse a escuchar unas cancionesde Alicia Keys y Joss Stone, muy sensuales y que bien podrían acompañar algún otro saludo de bienvenida, aunque claro, los contestadores digitales de ahora, no tienen la calidad de los de entonces y el ruido a lata o las interferencias, son difíciles de evitar.

En ese sentido, la tecnología, en vez de avanzar, retrocedió.

Extraño los viejos y simples, contestadores de cinta... en especial el mío, que aunque parezca mentira, lo conservé hasta el 2003; año en el que lo vendí (junto con otras cosas) para juntar dinero y venirme a España.

Sinda Miranda