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26 de mayo de 2010

Creo en el Dios que puedo sentir y no veo

Cuánto daño hace el "ego".

Meditando, esta mañana, llegué a la conclusión de que "creer y afirmar que Dios es uno", según sea el fin, el propósito o la intención, y el sentimiento con el que se diga; podría llegar a tener tanto de ego como de humildad. (Cuidado con eso!) Pero nunca las dos cosas.

Por eso, yo digo lo siguiente: Dios no está en mí. Ni yo soy Dios.

Es verdad que soy parte de Él, es verdad que su Espíritu mora en mí. Su Espíritu Santo, su Espíritu de Amor, su Espíritu de Paz. Siempre y cuando yo viva de su Palabra, de la Oración Diaria, de la Meditación, de los sacramentos y rituales que me acercan a él, del compartir con otras personas los dones que heredamos.

Creo en el Dios que "puedo sentir y no veo"...

Aunque yo sepa que su Espíritu está en mí, cuando se lo permito; y también allí, en todas partes, en todas las personas y todo el universo...


Sinda

4 Ciudadanos del Mundo:

Anónimo dijo...

creo no ha de ser falta de humildad pensar que dios lo es todo, que solo dios es, y que por tanto también es nosotros

pero entiendo lo que dices

:)

Paula Vincent dijo...

Gracias Sindi, creo que no podría estar mejor explicado.

También estoy de acuerdo con lo que dice Santiago, pero creo que todavía estamos en una épocas en las que lamentablemente se ve más ego que otra cosa (y yo no me excluyo eh, que bastante difícil se me hace lo de desprenderme de él).

Te quiero mucho.

Pau

Unknown dijo...

Santiago! claro, coincido también con tus palabras, solo que debí haber explicado, qué fue lo que me inspiró, durante mi meditación.

De la manera en que vos lo expresás, no siento que haya Ego. Todo lo contrario, hay amor y hay humildad.

:-)

Unknown dijo...

Yo tampoco me excluyo, Paulita, todos tenemos algo de ego, y es necesario tener un poquito; para que no nos pisen, para que otro no se apodere de nuestra vida.

Yo me refiero a otra clase de ego, al ego de la gente que se cree que es Dios y manipula a las personas débiles...

Gente sin escrúpulos, que abusa de la inocencia y el dolor, de los que no pueden defenderse.