Ni bien me levanté, fui a la cocina, a ver como estaban mis plantas: 6 lechuguitas bebés, una de perejil, otra de frutilla, unas semillas de acelga que anoche habían empezado a germinar, lo mismo que las de albahaca; y una maceta donde había sembrado semillitas de menta, pero que aún guardan bajo tierra y para sí, el secreto de su naturaleza.
Al lado de ellas, tengo unas siete bandejas con semillas de lentejas y de soja; que hoy... estaban impresionantemente desarrolladas. Los brotes de ambas, alcanzaban una medida de 4 centímetros y sus hojitas eran verdes como la vida.
Me puse a atenderlas, a refrescarlas y a limpiarlas con todo mi amor; pero cuando quise ver, dos horas les había dedicado, sin darme cuenta.
Hice de esa tarea, un ejercicio precioso de meditación; que me propongo repetir cada día.
Paz y Alegría.
Sindi
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